Las bebidas energizantes son bebidas estimulantes, y sin embargo inicialmente fueron utilizadas por deportistas, hoy en día su consumo se ha extendido entre los jóvenes, quienes las toman para “el levantón”, como muchos le llaman, es decir para lograr mantenerse despiertos, ya sea para prepararse para un parcial o simplemente “para aguantar más” para la diversión.
Los efectos de estas bebidas dependen de la susceptibilidad de quien las consume, pero en general se ha visto que tras unas horas después de haberlas ingerido, pueden aparecer: dolores de cabeza, dilatación de pupilas, taquicardias, intoxicación, hipertensión arterial, vómitos, nerviosismo e hiperactividad, entre otros.
Aunque no existen estudios muy completos y determinantes sobre la influencia de las bebidas energizantes en la salud, es mejor prevenir que lamentar, pues estas bebidas pueden tener efectos perjudiciales para la salud física como la salud mental y especialmente al combinarlas con las bebidas alcohólicas y las drogas.
Es por eso que en muchos países instituciones dedicadas a la protección contra riesgos sanitarios, recomiendan que estas bebidas energizantes no sean consumidas por menores de edad, por mujeres embarazadas o que estén amamantando, que no se mezclen con bebidas alcohólicas y que no se exceda su consumo.